Convertir a sus instituciones en aliados estratégicos y ayudar a reducir la violencia en las familias y en la escuela de Pedregal Grande fue el principal acuerdo al que llegaron ayer el alcalde de Catacaos, Juan Francisco Cieza Sánchez y la alcaldesa escolar de la institución educativa Genaro Martínez, Mayra Vílchez Tezén (14), a través de la suscripción de un acuerdo conjunto.
La medida establece que los integrantes del municipio escolar realizarán labores de información sobre los tipos de violencia y la prevención entre los 1200 estudiantes que tiene la institución Genaro Martínez Silva. Como contraparte, el alcalde se comprometió a gestionar con Colegios Profesionales, instituciones educativas universitarias e instituciones públicas la asistencia psicológica continua para las familias de esa comunidad educativa que necesitan contención psicológica prolongada para tratar la violencia.
Los miembros del concejo escolar también consideraron importante asumir como tarea el difundir las rutas de atención y denuncia de los diferentes tipos de violencia, mientras que la autoridad municipal de Catacaos acordó fortalecer las capacidades de su personal de la Demuna para mejorar la asistencia en casos de violencia.
Estos puntos fueron debatidos en el marco del Día Mundial de los Niños que, en esta oportunidad, UNICEF impulsó a través de una campaña para que niños, niñas y adolescentes “tomen el poder” y asuman roles de alta visibilidad para destacar y llamar la atención sobre situaciones que enfrentan.
En el caso de Piura, el municipio escolar del colegio Genaro Martínez asumió el poder en Catacaos y condujo una sesión de concejo que concluyó con la suscripción de un acuerdo. Los alumnos presentaron dos temas. El primero sobre la recuperación de las áreas verdes de su plantel luego del desborde del río Piura que los afectó y los convirtió en el último colegio que inicio clases en la región.
El segundo tema, fue el de la violencia en la familia y en el colegio. Según explicaron los niños y adolescentes que conforman este concejo escolar, el saber a inicios de clases que un padre de familia le había fracturado la pierna a su esposa con un leño de algarrobo, los impactó, más cuando se enteraron que el menor de sus hijos presenció el acto. Los estudiantes consideraron que, si bien las autoridades atienden este tipo de casos, la asistencia psicológica siempre es la que queda como una tarea pendiente. Por eso buscaron ayuda en la Municipalidad de Catacaos para que sean ellos los que gestionen ese apoyo permanente que permitirá sanar a las víctimas e intentar tratar de modo más definitivo el tema de la violencia en los hogares.
Los estudiantes también advirtieron que luego del Niño Costero se ha evidenciado al interior del colegio un aumento de casos de violencia que se supone son producto del estrés post traumático por la experiencia que les tocó vivir.