Un promedio de 6 turistas de diversas nacionalidades, se quitaron la vida en Cusco, en lo que va del año 2018, señaló el fiscal de turismo Rubén Villena, quien lamentó que la ciudad de los Incas, sea elegida como un “destino de muerte”.
Al parecer los extranjeros optan por llegar a Cusco, para cometer suicidio porque en la región es más fácil la adquisición de productos veterinarios que son utilizados para este fin, debido a que estos se expenden sin control.
Tan solo el año pasado se había registrado el deceso de 15 turistas, la mayoría al interior de hospedajes del centro histórico. Al parecer su propósito de morir es claro, incluso, muchos dejan notas solicitando dejarlos fallecer, en caso sean encontrados aún con vida.
Según el fiscal, se trabaja en la regulación de venta y adquisición de productos veterinarios, sin embargo a pesar de los esfuerzos empleados, las muertes no cesan.
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