Tu plan de ahorro lo definen las metas y objetivos que deseas cumplir. Con esta premisa, podemos trabajar con nuestros hijos para incentivarlos desde muy pequeños a ahorrar.

Primero, debes enseñarle el uso del dinero y que este permite adquirir bienes o servicios. Y, para que tu hijo se sienta motivado a ahorrar, define con él un objetivo o meta que desea alcanzar en monto y plazo; por ejemplo, un regalo para navidad, o para su cumpleaños. Luego, debes de incentivar el ahorro otorgándole propinas que lo lleven a decidir si las gasta o las ahorra, orientándolo a que si ahorra puede llegar a comprar lo que tanto desea; de lo contrario, no podrá.

Nuestras decisiones siempre traen consecuencias. Es necesario que los niños aprendan a tomar decisiones financieras desde muy pequeños. Para que cumpla con su meta de ahorro, necesitan disponer de una alcancía en la cual colocarán lo ahorrado y, periódicamente, evaluarán lo que le falta para cumplir su meta.

Con los hijos adolescentes, es recomendable abrir una cuenta de ahorros mancomunada, donde el titular sea la mamá o papá y, cada cierto tiempo, acompañarlo al banco para que deposite el dinero que tiene en su alcancía. Además, hay que explicarle que existe un estado de cuenta que le permite revisar sus movimientos de dinero.

El niño que cumpla con su meta de ahorro, puede comprar el regalo deseado y aprenderá a valorarlo porque ha sido resultado de su esfuerzo constante. Ahora bien, cuando nuestros hijos cumplan 18 años, lo primero que deben hacer es aperturar su cuenta de ahorros para que se sean incluidos en el sistema financiero. Fomentemos la cultura del ahorro en nuestros hijos.