Cuando Kuczynski huyó del Perú por Sullana

El presidente electo recuerda con nostalgia aquella anécdota imborrable. Foto: Carlos Chunga / Walac

Hay un recuerdo ineludible que aparece en la memoria de Pedro Pablo Kuczynski cada vez que visita Piura: aquel verano de 1969 en que debió huir del país a través de Lancones, en la provincia de Sullana, atravesando el puesto fronterizo El Alamor rumbo a Ecuador.

Resulta que, tras el golpe del general Juan Velasco Alvarado en 1968, un joven Kuczynski —entonces funcionario del Banco Central de Reserva— fue acusado de vender dólares a la International Petroleum Company, empresa norteamericana que operaba los lotes petroleros de La Brea y Pariñas (Talara) y que acababa de ser expropiada por el gobierno militar.

La historia no es una leyenda urbana. El mismo Kuczynski se ha encargado de confirmar que debió escapar del territorio nacional escondido en la maletera de un Volkswagen. “Por la dictadura militar, yo me escapé de la cárcel en Lima y salí por aquí, por la hacienda La Solana (Lancones), y crucé el río”, dijo ayer en medio de aplausos el ahora presidente electo durante su visita al reservorio Poechos.

El destino final fue Estados Unidos, donde se refugió por un buen tiempo. Volvería al Perú 10 años después para colaborar con la campaña electoral de Fernando Belaúnde Terry, quien buscaba volver a la presidencia luego de ser echado de Palacio por los militares. Esa fue su primera experiencia en elecciones.

Una vez en el poder, Belaúnde lo nombró su ministro de Energía y Minas, cargo que desempeñó durante dos años y con el que se fue perfilando como un tecno-político. Extraño neologismo. Desde allí su relación con el sector público ha sido cada vez más estrecha, pero sin dejar de lado sus amistades empresariales.

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Belaúnde lo llamó para su segundo mandato y PPK vino inmediatamente. “¡Usted es un ministro de la gran flauta!”, le bromeó el arquitecto haciendo referencia a la faceta musical del economista.

Cosas del destino. Kuczynski huyó por tierras piuranas porque lo perseguía un piurano. Y en medio de un calor natural y humano, el efímero recuerdo de ayer en Poechos pasó desapercibido entre la multitud, que solo pedía obras.

Piura ha sido la primera región del norte en ser visitada por Kuczynski luego de la segunda vuelta. No llegó a Talara. Tampoco a Paita. Quiso llegar allí, a Sullana, donde se gestó esa curiosa anécdota que sin duda seguirá presente en la longeva mente del futuro jefe de Estado.