La miel de abeja es uno de los alimentos naturales más antiguos y valorados por su doble función: endulzante natural y fuente de beneficios nutricionales y medicinales. Su uso se remonta a civilizaciones como la egipcia y la griega, que la empleaban como alimento, medicina e incluso como forma de intercambio. Actualmente, este producto sigue siendo esencial en muchas culturas por sus múltiples propiedades.
Desde la antigüedad ha sido utilizada en la alimentación y la medicina tradicional para tratar afecciones respiratorias, acelerar la cicatrización de heridas y fortalecer el sistema inmunológico. A pesar de su alto contenido calórico —alrededor de 300 calorías por cada 100 gramos—, no contiene lípidos y es baja en proteínas, pero rica en carbohidratos y compuestos bioactivos.
Beneficios nutricionales y medicinales comprobados por estudios
Investigaciones como la realizada por el Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad Olabisi Onabanjo, en Nigeria, indican que la miel de abeja contiene vitaminas como C, K, ácido fólico, y del complejo B, así como minerales como calcio, magnesio, hierro, potasio, zinc y fósforo. Esta combinación la convierte en un alimento funcional con efectos positivos para la salud.
Estudios científicos han demostrado que la miel posee propiedades antibacterianas, eficaces incluso contra microorganismos como la escherichia coli y la salmonella, agentes comunes en infecciones gastrointestinales. Variedades específicas como la miel “manuka” (Nueva Zelandia) y “tualang” (Malasia) han mostrado efectividad frente a bacterias como el estafilococo y helicobacter pylori.
Popularmente, se emplea para aliviar los síntomas del resfriado y la gripe, mediante infusiones con limón y miel, o aplicada directamente para calmar la irritación en la garganta y las amígdalas. También es utilizada en tratamientos tópicos para mejorar la cicatrización de heridas gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Producción apícola en Perú y uso tradicional
En el Perú, más de 40,000 pequeños productores apícolas participan en la elaboración de miel, alcanzando una producción anual de aproximadamente 2,314 toneladas, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Las regiones con mayor número de colmenas son Cusco, La Libertad, Junín, Lima, Apurímac y Cajamarca.
La nutricionista Georgina Ríos Estremadoyro señaló que la miel contiene una compleja composición química en la que predominan carbohidratos como la fructosa y glucosa, así como enzimas, aminoácidos, antioxidantes, ácidos orgánicos, vitaminas y minerales. Este perfil convierte a la miel en una aliada para el fortalecimiento del sistema inmunológico, el alivio de afecciones respiratorias, la mejora de la digestión, la salud de la piel y el bienestar general.
Entre los compuestos presentes se encuentran vitamina A, E, K, B1, B2, B6, C, ácido pantoténico, compuestos fenólicos, flavonoides y ácidos grasos esenciales.