Son la una de la tarde y la mayoría de estudiantes de la Universidad Nacional de Piura regresan a sus casas tras una ardua jornada de clases. Sin embargo, en el gimnasio de dicha casa de estudios, los planes son otros.

Bajo las órdenes de su profesor Fredy Palomino, Eduardo Jaramillo se alista para su rutina de entrenamiento. El deportista de 24 años practica el fisicoculturismo desde enero de este año, y hace una semana consiguió su primera medalla de oro, nada menos que en un campeonato sudamericano.

Eduardo confiesa que nunca pensó en practicar ese deporte, pues se dedicaba a jugar fútbol en el equipo de su universidad. Pero gracias al incentivo de su entrenador, decidió incursionar en el fisicoculturismo.

“Yo estudio ingeniería geológica, voy en décimo ciclo, y por recomendación de mi entrenador Fredy Palomino, llegué a este deporte. El fisicoculturismo te ayuda a ser disciplinado, constante y te distrae, por eso me gusta mucho, y tengo la suerte de estar bien preparado”, comenta Jaramillo.

Cuando fue convocado a la Selección Nacional de Fisicoculturismo, Eduardo cuenta que se emocionó muchísimo al cantar el himno nacional. Y eso, mas la motivación de representar a su ciudad en ese torneo, lo inspiraron para lograr el campeonato.

“Cuando canté el himno se me puso la piel de gallina. Luego entré a competir en en la categoría Mens Physique Senior, y gracias a mi buen entrenamiento pude ganar”, cuenta Eduardo, quien explica que en su rama, su cuerpo debe estar perfeccionado, y ser adecuado con el estilo de ‘playa’.

Eduardo Jaramillo y su técnico Fredy Palomino. Foto Walac Noticias/Daniel Guerrero
Eduardo Jaramillo y su técnico Fredy Palomino. Foto Walac Noticias/Daniel Guerrero

La historia de Eduardo Jaramillo no termina acá. En febrero del próximo año, el piurano se prepara para competir en el Campeonato Mundial de Fisicoculturismo, a desarrollarse en Colombia. Sin embargo, antes de ello, deberá pasar por una revisión técnica para estar calificado.

Pese a su triunfo y gran futuro, el deportista no ha recibido ningún reconocimiento de las autoridades piuranas. Su único apoyo económico lo obtiene gracias a sus cuatro auspiciadores y su casa de estudios.

Sin embargo, Eduardo no se desanima. Sabe que con esfuerzo, su lucha será reconocida en el tiempo. “Mi familia es mi gran motivación, y espero poder seguir dejando el nombre de Perú y de Piura bien en alto”, dice.