Debido a la pandemia que el mundo está viviendo por el coronavirus, los espectáculos musicales tuvieron que adaptarse a esta realidad. Tal es el caso de los conciertos de la banda estadounidense de rock Flaming Lips.
Con el objetivo de mantener el distanciamiento social, decidieron colocar tanto a los músicos como al público dentro de burbujas individuales inflables en sus conciertos en Oklahoma.
Cada uno de los dos shows contó con 100 burbujas. Cada una de ella tenía la capacidad para hasta tres personas.
Wayne Coyne, líder de la banda, propuso la idea, ya que, desde hace tiempo suele «rodar» por entre el público en una de estas cápsulas durante sus conciertos.
Antes de tocar, Coyne dijo que ir a ver a la banda utilizando este sistema era «más seguro que ir a la tienda de comestibles».
Burbujas implementadas
Asimismo, cada burbuja estaba dotada de un parlante suplementario de alta frecuencia, para evitar que el sonido se escuchara distorsionado.
Además contaban con una botella de agua, un ventilador a pila, una toalla. También, de una pancarta que indicaba necesidades básicas como «Tengo que ir a orinar/hace calor aquí dentro», para llamar a un asistente de la sala.
Los conciertos estaban planificados originalmente para diciembre, pero en ese momento tuvieron que ser suspendidos por el aumento de casos de coronavirus en Oklahoma.