Un grupo de comuneros organizados del centro poblado Villa Monte Castillo de la comunidad campesina San Juan Bautista de Catacaos, en la provincia de Piura, protegen más de 10 mil algarrobos, faiques y sapotes, que brotaron con las lluvias de El Niño Costero en esta parte de la región Piura.

El campo, que antes de las intensas lluvias lucía completamente desértico por la tala ilegal e indiscriminada y por las prolongadas sequías, hoy tiene vida. Miles de especies forestales arbóreas y arbustivas han emergido, atrayendo diversas especies de fauna silvestre como aves y reptiles.

Con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Riego, a través del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), los comuneros de las asociaciones ‘Benjamín del Campo’ y ‘Cristo Rey’, de dicho centro poblado, asumieron el compromiso de fortalecer su organización para prevenir la tala ilegal y los incendios forestales.

Isaías Ipanaqué, presidente de la Asociación Benjamín del Campo, explicó que para cuidar la regeneración natural, el trabajó consistió en limpiar la maleza del contorno de las plantas. Asimismo, podaron los árboles de tamaño mediano.

“Los vamos a proveer de agua para que reverdezcan y más adelante nos den sombra, sirvan para la ganadería y su fruto que es la algarroba. La alianza con el SERFOR nos permite tener la esperanza que podemos aprovechar responsablemente nuestros bosques, que lamentablemente en el pasado fueron talados”, señaló el dirigente.

Miles de semillas

Cabe mencionar que en febrero de este año, con el apoyo SERFOR y AGRO RURAL, instituciones del Ministerio de Agricultura y Riego, en este sector se sembraron 20 kilos de semillas de algarrobo en aproximadamente 250 hectáreas de terreno deforestado por la tala indiscriminada, para aprovechar el periodo de lluvias que se registraron en la región.