El pescado, si no se va a consumir inmediatamente después de su compra, debe ser congelado para evitar que se malogre.
En caso no se siga esta recomendación, existe el riesgo que cause infecciones estomacales, intoxicación y otros problemas de salud, según manifestó Marilyn Montesinos, ingeniera pesquera del Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción.
Para disfrutar al máximo sus nutrientes y proteínas, ricos en omega 3, la especialista brinda algunos pasos para un buen proceso de congelamiento:
- Asegúrate que las vísceras (tripas) y escamas hayan sido retiradas.
- Limpia el pescado con paño húmedo sin exponerlo al agua de manera directa.
- Corta el pescado en trozos o filetes según las preparaciones que realizarás tras su descongelación.
- Para guardarlo, usa bolsas de plástico trasparente, limpias y de primer uso.
- Si vas cocinar, retira del congelador solo la parte que usarás.
- Una vez descongelado ya no se debe volver a congelar.
- El pescado blanco (merluza, perico, lisa, lenguado, etc.) puede durar unos 2 meses congelado, mientras que el azul (bonito, jurel, caballa, etc.) no más de 1 mes.