La ciudad de París vivió una noche marcada por el contraste entre la celebración deportiva y los desórdenes públicos. La victoria del Paris Saint-Germain (PSG) en la final de la Liga de Campeones desató una masiva movilización de aficionados, pero también desencadenó disturbios en distintos sectores de la capital francesa, con un saldo provisional de 294 personas detenidas.
La Torre Eiffel se iluminó con los colores del equipo parisino, mientras miles de personas se reunieron en la Avenida de los Campos Elíseos y otros puntos emblemáticos para festejar. Sin embargo, desde antes del término del encuentro ya se habían registrado actos de violencia, enfrentamientos con las fuerzas del orden y destrozos materiales, según reportó la Prefectura de Policía de París.
Enfrentamientos, saqueos y daños al mobiliario urbano
Un fuerte dispositivo de seguridad fue desplegado con más de 5.400 agentes, pero no logró evitar los incidentes. La Avenida de los Campos Elíseos fue uno de los puntos más afectados, donde grupos de personas encapuchadas lanzaron fuegos artificiales y objetos contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua.
Los comercios ubicados en esa zona habían protegido sus escaparates ante la posibilidad de saqueos, como ya había ocurrido en celebraciones anteriores. Aun así, una tienda de calzado deportivo fue forzada y saqueada, resultando en una treintena de detenciones por parte de las autoridades.
En los alrededores del Parque de los Príncipes, estadio del PSG, también se reportaron disturbios. Dos vehículos fueron incendiados, autobuses agredidos y se produjo destrucción de mobiliario urbano. Asimismo, un grupo de personas ingresó al Periférico de París con bengalas, provocando cortes temporales en el tráfico vehicular.
Celebraciones pacíficas en otras zonas de la ciudad
A pesar de los incidentes, las autoridades informaron que en la mayoría del área metropolitana y otros puntos emblemáticos como las plazas de la República y de la Bastilla, las celebraciones se desarrollaron de forma festiva y sin violencia. Los festejos incluyeron cánticos, fuegos pirotécnicos y caravanas de vehículos haciendo sonar bocinas.
La calle Princesse, en el barrio de Saint Germain, fue evacuada por precaución debido a un pequeño incendio en el techo de un edificio causado por artefactos pirotécnicos.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, condenó los actos vandálicos y destacó la diferencia entre quienes celebraban pacíficamente y quienes aprovecharon la ocasión para provocar disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.