Un grupo de campesinos procedentes del caserío del Cerro Negro del distrito de Carmen de la Frontera en Huancabamba llegaron hasta las instalaciones de la Defensoría del Pueblo en busca de protección y ayuda, y señalaron estar cansados de que algunos ronderos abusen de sus derechos sin haber cometido delitos.
“Está penado transgredir los derechos de las personas, más aún si eres autoridad o funcionario público”, les dijo el defensor del pueblo, César Orrego durante la reunión que sostuvo con ellos.
El Defensor les sugirió que realicen un Hábeas Corpus para que nadie más les pueda lastimar por represalias a las denuncias interpuestas.
Además les explicó que un problema recurrente en la sierra piurana es el maltrato que reciben los campesinos por parte de las rondas comunales, cuando éstos no aceptan sus normas. Estos muchas veces son apoyados por las autoridades de la zona en donde no existe orden, ni justicia.