Es evidente que hay una conspiración contra el Papa Francisco. Carlo María Viganó, un cardenal jubilado, ha salido a difamar gravemente al Papa. Dice una serie de incoherencias insostenibles y falsas, ha dicho que el cardenal norteamericano McCarrick ha sido amparado por el Papa Francisco y eso es falso.
El mencionado cardenal creció en los pontificados de Juan Pablo II y en el de Benedicto XVI. Ya en esa época había rumores de su conducta, pero no hubo prueba alguna; en consecuencia, ninguno de los 2 pontífices pudo actuar porque no hubo evidencia. Sin embargo, Viganó justamente ataca al Pontífice que teniendo evidencia no sancionó a McCarrick.
Ha quedado probado que Viganó en el 2013 jamás le dijo nada al Papa Francisco. Hay un vídeo que prueba que en esa famosa audiencia nunca le dijo nada. ¿Por qué acusar al Papa que viene implementando medidas contra el abuso de los pequeños?, ¿qué trasfondo hay detrás?
Hoy que vemos lo que vemos, he recordado sin ánimo de polémica al Papa Juan Pablo I, a Albino Luciani. Acaso lo que vemos no es un pálido reflejo de lo que siempre se oyó con la muerte súbita y extraña del Papa Luciani. Quiero remarcar, que Francisco en realidad viene siguiendo en línea de continuidad el trabajo de Papa Juan Pablo II y de Benedicto XVI.
El Papa Francisco viene siendo objeto de un despiadado ataque porque implementa reformas que a algunos no les gusta. Acaso lo que vemos confirma la duda de que Juan Pablo I fue víctima de un complot por que pretendía reformar muchas cosas; yo en realidad espero que no sea así. En todo caso, elevemos plegarias por el Papa Francisco y esperemos que sean vencidos los que se oponen a reformas necesarias para estos tiempos.
Hoy se sabe que el Papa Benedicto XVI ayudó a que Bergoglio sea electo Papa y por ello, los cambios no deben detenerse. Nada debe impedirlo, ni más ni menos.
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