El 5 de abril de 1992, un día como hoy hace 26 años, el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori decidió ejecutar un autogolpe de Estado y mediante un mensaje televisivo anunció la disolución del Congreso y la intervención del Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y el Ministerio Público.
El objetivo de Alberto Fujimori era emprender una reforma del Estado que le facilitara el control total sobre el aparato estatal sin respetar la democracia, el estado de derecho ni el orden constitucional para lograr perpetuarse en el poder.
Pero el caos se desató los días posteriores al 5 de abril. El entonces presidente Alberto Fujimori contaba con el apoyo de las Fuerzas Armadas y ordenó que las tropas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea se apostaran en los exteriores de las sedes intervenidas, así como en los locales de los partidos políticos de oposición y en las calles y autorizó que diversos medios de comunicación fueran tomados por los militares.
El entonces presidente del Senado, Felipe Osterling, fue impedido de ejercer sus funciones y hasta se le negó el ingreso en las instalaciones del Congreso de la República, donde fue golpeado por los policías que le restringían el acceso por estar con arresto domiciliario.
Lourdes Flores condenó la decisión de Alberto Fujimori de disolver el Congreso tras el autogolpe del 5 de abril de 1992, mientras que Roberto Ramírez del Villar, entonces presidente de la Cámara de diputados y líder del PPC, fue cesado de sus funciones legislativas y encerrado en su domicilio bajo arresto domiciliario.
Algunos periodistas —como Gustavo Gorriti quien fue recluido en el Pentagonito por, supuestamente, tener en su poder documentos del Gobierno— y políticos opositores al Gobierno de Alberto Fujimori —como Jorge del Castillo— fueron secuestrados por los militares que recibían órdenes del entonces Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).
Alberto Fujimori también ordenó que sean intervenidas algunas instituciones independientes como el Colegio de Abogados de Lima (CAL), cuyo decano en aquel entonces, Raúl Ferrero Costa, fue agredido por los efectivos que custodiaban los exteriores de la sede del CAL y que le impidieron ingresar a la misma.
Pero el disuelto Congreso siguió reuniéndose, inicialmente en secreto, y luego sesionando en la sede del CAL y lo primero que decidieron fue declarar la vacancia de Alberto Fujimori y nombrar a su vicepresidente Máximo San Román como Presidente constitucional del Perú.
Máximo San Román asumió el cargo el 21 de abril de 1992 y recibió la banda presidencial de manos del ex presidente Fernando Belaunde Terry e hizo un llamado a las Fuerzas Armadas para deponer a Alberto Fujimori pero no obtuvo apoyo, ya que el mandatario contaba con el respaldo de la OEA y las medidas para convocar al Congreso Constituyente Democrático.
Fujimori aseguró que no fue autogolpe
Hace exactamente 4 años atrás, el 5 de abril de 2014, el ex presidente Alberto Fujimori —ahora en libertad y que en ese entonces se encontraba cumpliendo una condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad— escribió una carta en la que aseguró que "no es exacto que fue un golpe de Estado" lo ocurrido en 1992, y que tampoco fue "un día funesto para la institucionalidad democrática".
"Las desastrosas condiciones políticas, económicas y sociales que encontré en 1990 (…) obligaron a mi gobierno tomar medidas excepcionales cuyo único y fundamental propósito era la preservación del Estado de Derecho y la Democracia en el Perú", escribió en la misiva.
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