En los últimos años se han llevado a cabo infinidad de estudios para evaluar el efecto, positivo o negativo, del consumo moderado de alcohol sobre la salud, muy especialmente la cardiovascular. Sin embargo, los resultados, lejos de finiquitar la cuestión, han sido contradictorios, por lo que aún no se sabe si tomar uno o dos vasos de vino para acompañar a las comidas es beneficioso para nuestro corazón y arterias.
Pero, ¿qué pasa con el resto del organismo? Por ejemplo, ¿un vaso de vino es bueno o malo para nuestro cerebro? Pues según un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester (EE.UU.), parece tener un efecto claramente positivo. Y es que este consumo moderado de alcohol disminuye la inflamación y las toxinas que se encuentran en el cerebro, incluidas aquellas asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
Como explica Maiken Nedergaard, directora de esta investigación publicada en la revista "Scientific Reports", "es bien conocido que la ingesta prolongada de cantidades excesivas de etanol tiene efectos adversos sobre el sistema nervioso central. Sin embargo, en nuestro trabajo hemos observado por primera vez que el alcohol en dosis bajas es potencialmente beneficioso para la salud cerebral al mejorar la capacidad de nuestro cerebro para deshacerse de la ‘basura' del organismo".
¿Debate resuelto?
En definitiva, las nuevas evidencias refuerzan las alcanzadas en otros estudios que concluyen que el consumo moderado de alcohol ejerce un efecto protector frente al deterioro cognitivo y, por ende, frente a la demencia. Todo ello sin olvidar que también se han publicado otros trabajos que sugieren exactamente lo contrario. Sin embargo, es posible que esta nueva investigación sirva para concluir, por fin, este debate.
Como concluye Maiken Nedergaard, "distintos estudios han demostrado que el consumo leve-moderado de alcohol se asocia con un menor riesgo de demencia, así como que el abuso del alcohol a lo largo de los años aumenta el riesgo de deterioro cognitivo. Nuestro trabajo puede ayudar a explicar la razón por la que esto ocurre. Y es que las dosis bajas de alcohol parecen mejorar la salud general de nuestros cerebros".
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