El entrenamiento diario del core se ha convertido en una de las prácticas más recomendadas para proteger la columna y disminuir la aparición de dolores crónicos. La evidencia científica señala que este grupo muscular central influye en la estabilidad, la postura y la movilidad, funciones esenciales para el bienestar cotidiano. Debido a su participación constante en movimientos básicos, su fortalecimiento se ha posicionado como una estrategia efectiva para preservar la salud musculoesquelética y reducir el riesgo de lesiones.
Importancia del fortalecimiento del core en la salud postural
Los músculos del core conforman una estructura que integra al recto abdominal, el transverso abdominal, los oblicuos, el diafragma, el suelo pélvico y la musculatura profunda de la espalda, donde destaca el erector espinal. Esta red sostiene la columna vertebral y participa en funciones respiratorias y posturales.
Estudios recientes muestran que su adecuada activación mejora la movilidad y reduce el riesgo de caídas, especialmente en personas adultas. De acuerdo con análisis citados por National Geographic, enfocarse solo en el recto abdominal no garantiza estabilidad, ya que el entrenamiento debe incluir todo el conjunto muscular central para evitar desbalances y sobrecargas.
La debilidad del core se ha asociado con mayor prevalencia de dolor lumbar. Un informe del Journal of Orthopedic & Sports Physical Therapy identificó que los adultos mayores con menor masa muscular en el erector espinal presentan más probabilidades de desarrollar molestias crónicas y pérdida de función.
Investigaciones en el Journal of Gerontology: Medical Sciences señalan que una postura deficiente incrementa el riesgo de limitar actividades diarias, influida por la falta de estabilidad en los músculos centrales.
Ejercicios funcionales para activar el core en actividades diarias
Las estrategias para fortalecer el core no requieren equipamiento complejo. Expertos recomiendan incorporar acciones simples como caminar, mantener una adecuada alineación al sentarse y practicar respiración diafragmática. Este tipo de respiración activa el diafragma y el transverso abdominal, considerados claves para la estabilidad del tronco.
Entre los ejercicios más utilizados se incluyen planchas isométricas, sentadillas, movimientos de equilibrio y cargas controladas con diferentes pesos. De acuerdo con Tom Holland, la musculatura profunda funciona como un “corsé interno” que estabiliza la pelvis y la columna durante los movimientos cotidianos. Rutinas breves, realizadas entre tres y cinco minutos al día, generan efectos sostenidos cuando se practican de manera constante.
El core responde mejor a esfuerzos frecuentes y variados debido a su participación permanente en las actividades del día. Por ello, especialistas sugieren activar estos músculos durante pausas laborales o tareas domésticas para mantener su función y prevenir el desgaste postural.


