En Piura, más de 975 mil personas (45.6% de la población) y 1 457 instituciones educativas (43.9% del total) están expuestas a un riesgo muy alto por inundaciones en caso de registrarse lluvias intensas, según advierte el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred).
La situación es especialmente preocupante para los escolares. De acuerdo con el Ministerio de Educación (Minedu), más de 83 mil estudiantes piuranos (17.5% del total) llevan sus clases en locales con riesgos físicos y sanitarios: aulas que podrían colapsar, servicios básicos deficientes o infraestructura expuesta a lluvias e inundaciones.
“El acceso a servicios básicos –agua, energía eléctrica y saneamiento– constituye un factor determinante para el rendimiento y la permanencia escolar. Según el Banco Mundial, la infraestructura educativa de calidad contribuye a reducir brechas de aprendizaje. Además de fortalecer la inclusión y generar entornos seguros que potencian la eficacia de las estrategias pedagógicas”, explicó Germán Vega, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Inversión que no llega al aula
Entre 2015 y 2024, los tres niveles de Gobierno (nacional, regional y local) destinaron importantes recursos para educación básica: inicial, primaria y secundaria. Sin embargo, casi 3 de cada 10 soles quedaron sin usar. En total, más de S/ 1 850 millones no se ejecutaron. Son fondos que pudieron destinarse a reconstruir colegios dañados, cerrar brechas de servicios o reducir el riesgo de desastres ante un nuevo periodo de lluvias intensas.
De hecho, la ejecución de la inversión pública en educación ha sido irregular. En 2019, apenas se gastó la mitad del presupuesto disponible. Mientras que en 2024 el avance fue mayor. Sin embargo, no hay una mejora sostenida: la capacidad de ejecución sube y baja cada año. Esto refleja una gestión pública débil y poco planificada.
Caída del presupuesto
Otro punto crítico es la caída del presupuesto. Tras un impulso entre 2020 y 2022, cuando Piura alcanzó un récord histórico de más de S/ 1400 millones, en 2025 se asignó menos de la cuarta parte de ese monto. Hoy, la región cuenta con el presupuesto más bajo desde 2018.
Y es que, aunque hasta octubre de este año se ha ejecutado cerca del 80% del presupuesto, el problema es que el monto total es tan reducido que no alcanza para cubrir las urgencias.
“La información muestra un problema estructural que va más allá de la falta de recursos: la debilidad en la gestión de la inversión pública. Piura no solo necesita más presupuesto, sino también una mayor capacidad para ejecutarlo de manera oportuna y estratégica. La ejecución irregular y la caída sostenida del financiamiento revelan un sistema que no logra responder a las necesidades reales del territorio, especialmente en una región tan expuesta a desastres naturales”, finalizó Vega.

