La concha acústica del parque infantil Miguel Cortés será el punto de encuentro, este sábado 29 de noviembre desde las 9 a.m., del primer Concurso Regional de Tejido en Telar de Cintura “Hilos que tejen memoria”. En esta edición inaugural, artesanas y artesanos recrearán en sus telares símbolos propios de sus comunidades, reafirmando una tradición que ha sobrevivido por generaciones.
Organización y respaldo institucional
La actividad está impulsada por la Asociación Tallapoma de Sol y Luna. Asimismo, cuenta con el respaldo de instituciones públicas y privadas, entre ellas las municipalidades de Piura y Huarmaca, la Cámara de Comercio y Producción de Piura, el Instituto de Arte y Cultura de la UNP, Ceturgh Perú, el proyecto Mujeres Emprendedoras Ayabaca, la Cooperativa Norandino y Matalache.
Revalorización del arte textil ancestral
El concurso busca poner en primer plano a las tejedoras de la sierra, reconocidas como guardianas de un oficio que forma parte de la identidad regional. Además de promover la continuidad de sus diseños tradicionales, la iniciativa incentiva el uso de insumos naturales como la lana de oveja o algodón orgánico teñido con pigmentos artesanales.
Participantes y dinámica del concurso
Las artesanas tendrán dos horas y media para crear un tejido de 65 por 40 centímetros que incluya una iconografía asignada previamente por la organización. En competencia estarán quince representantes de Ayabaca, Huarmaca, Santo Domingo y Sechura. También participará un joven tejedor, Fran Cunya Yanayaco, de la comunidad de Ambasal.
Jurado especializado y premiación
La evaluación estará a cargo de especialistas en arte textil, entre ellos la arqueóloga Silvia López Arangurí, directora del Museo Arqueológico Zonal de Cabana; la diseñadora Elizabeth Rivera, reconocida por su trabajo con moda y tradición; y el maestro artesano Oscar Aquino Ipanaqué. Los tres primeros lugares recibirán distinciones.
Una jornada dedicada a la memoria y la creación
El concurso promete una mañana donde el tejido revela historias, técnicas y la sensibilidad de quienes mantienen vivo un arte transmitido de generación en generación. Cada pieza será una muestra del legado cultural que continúa hilándose en las comunidades altoandinas.

