Dormir mal se ha convertido en una costumbre común en sociedades con rutinas aceleradas, y el Perú no es ajeno a esta realidad. Sin embargo, el descanso insuficiente no solo genera fatiga, sino que incrementa notablemente el riesgo de infarto, arritmias e hipertensión, advierte el doctor Fernando Torres Vega, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Arzobispo Loayza. Estudios recientes confirman que la calidad y cantidad de sueño cumplen un papel fundamental en la salud del corazón.
La calidad del sueño y el riesgo cardiovascular
El cardiólogo Fernando Torres Vega señaló que no basta con dormir entre seis y ocho horas, ya que la calidad del descanso también influye en la salud. Entre las principales alteraciones figuran los ronquidos constantes y los despertares frecuentes, que impiden alcanzar un sueño reparador.
En investigaciones de la American Heart Association y el American College of Cardiology se recomienda a los adultos dormir entre siete y nueve horas diarias. Dormir menos de seis horas eleva en 40 % el riesgo de infarto, mientras que descansar más de diez horas también se asocia con mayor probabilidad de sufrir complicaciones, lo que configura una “relación en forma de U”.
Hábitos saludables para proteger el corazón
El especialista recomendó adoptar medidas que favorezcan un descanso adecuado. Entre ellas se encuentran: mantener horarios regulares de sueño, evitar trasnocharse después de medianoche y procurar un ambiente oscuro y silencioso. Asimismo, se aconseja limitar el consumo de cafeína, alcohol y comidas abundantes antes de dormir.
Otras prácticas útiles incluyen la actividad física diaria en horarios adecuados, la lectura o la meditación antes de acostarse y la consulta médica en casos de ronquidos intensos o pausas respiratorias, posibles signos de apnea del sueño.
Factores de riesgo en la vida moderna
Torres Vega advirtió que la falta de sueño, sumada a malos hábitos como la ingesta de alcohol, el consumo de tabaco, energizantes o una dieta poco saludable, genera un escenario de alto riesgo incluso en personas jóvenes. “Evidentemente, en los jóvenes, a veces hasta el primer consumo puede desarrollar un evento cardíaco agudo. […] Sobre todo si lo mezclamos con alcohol, con tabaco, con café, con pocas horas de sueño, con inactividad física, con exagerado estrés”, indicó.