En el corazón Chulucanas el recuerdo del padre Juan McKniff sigue vivo entre las personas. A tres décadas de su fallecimiento, su legado de humildad y servicio a los más necesitados podría alcanzar una dimensión universal: ser canonizado por el papa León XIV, quien también vivió en esta tierra como misionero agustino.
Lee también: Papa León XIV: “La prensa debe contar siempre la verdad y luchar por la justicia”
Según Fray Fidel Alvarado Sandoval, párroco de la Parroquia San Agustín de La Matanza y vicario pastoral de la Diócesis de Chulucanas, esta eventual canonización marcaría un hito: sería la primera vez que un papa agustino declare santo a otro miembro de su misma orden.
Juan McKniff llegó a Chulucanas en 1988, a los 85 años, y dedicó sus últimos años de vida a servir a los más pobres, visitar a los enfermos y acompañar a personas privadas de libertad.
“Aunque era muy viejito, él caminaba y se acercaba a la gente más necesitada. Siempre se mostró dispuesto a ayudar a que los demás salgan adelante”, dijo el fray a la Agencia Andina.

Antes de llegar a Perú, McKniff tuvo una fuerte conexión con la comunidad cubana. Fue el único estadounidense al que Fidel Castro permitió quedarse en el país, debido a su labor educativa y humanitaria. Ayudó a los cubanos a encontrar trabajo y facilitó su ingreso a Estados Unidos. Incluso participó en la fundación de una universidad en Miami para atender a esta población. Sin embargo, cuando intentó volver a Cuba, no se le permitió el ingreso, lo que lo afectó profundamente y lo llevó a establecerse definitivamente en Chulucanas.
Camino a la santidad
El sacerdote falleció el 24 de marzo de 1994 en Miami, justo antes de regresar al Perú. Hoy, su proceso de canonización continúa avanzando: ya fue declarado siervo de Dios. El 22 de junio de este año sus restos serán trasladados a la Parroquia San José Obrero de Chulucanas. En este punto del distrito se celebrará una ceremonia especial con la presencia de autoridades religiosas nacionales e internacionales, con miras a declararlo venerable.
El camino hacia la santidad contempla cuatro etapas: siervo de Dios, venerable, beato y santo, cada una con requisitos específicos, como el reconocimiento de milagros. De concretarse, el papa León XIV sería quien canonice al padre McKniff, reforzando los lazos espirituales y simbólicos entre esta comunidad piurana y el Vaticano.