Con visibles signos de desgaste físico, pero aferrados a la vida, los tres pescadores de Piura rescatados en aguas ecuatorianas regresaron a casa tras permanecer 56 días a la deriva en altamar. Esto fue posible luego que la embarcación Mi Juanita, que había salido desde Pucusana el 12 de marzo, fue localizada por un barco atunero de bandera ecuatoriana en aguas internacionales, lo que permitió su retorno seguro a tierra firme.
Tras llegar el fin de su odisea, José Luis Albinés Mendoza (52), José Gabriel Albines Machacuay (31) y Vladimir González Peña (32), padre, hijo y yerno, respectivamente, fueron recibidos por sus seres queridos en medio de aplausos y abrazos, en su vivienda ubicada en el asentamiento Paredes Maceda, en el distrito piurano Veintiséis de Octubre.
Los tripulantes rescatados relataron que solo llevaron víveres para diez días. Tras agotarse los suministros, sobrevivieron comiendo pescado que lograban atrapar y recolectando agua de lluvia.
«Hemos sobrevivido tomando agua de lluvia. Tomando agua con óxido que salía del motor de la nave. Era mi cuñado que sabía hacerlo. Sacábamos como dos baldes de agua. Nosotros habíamos llevado alimento para 10 días, porque nadie sabe que íbamos a quedar varados», relató Vladimir Gonzáles a Noticias360.
A pesar del frío y la lluvia, Gonzáles Peña señaló que nunca perdieron su fe: «Siempre pedíamos un milagro. Todos los días me levantaba a las 5 de la mañana y me subía a la caseta y me ponía a rezar pidiéndole a Dios que nos envié un ángel. Por favor hazlo por mis 4 hijos. Escucha las oraciones de mi familia. Le decía: no me dejes morir de sed, no me dejes morir de hambre».
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¿Cómo fue el rescate de los pescadores?
José Albines contó que el rescate se produjo cuando su hijo logró divisar una embarcación atunera en la distancia. Desde el mástil de su bote, comenzaron a gritar y hacer señales con prendas de vestir. La tripulación del atunero logró verlos y acudió en su auxilio.
«Todos estábamos derrotados, pero yo les decía que tengan fe. Todos los días los muchachos amanecían a ver y no había nada. Pero Dios mandó a su ángel, porque, el día que nos encontraron, hasta la 1 estábamos afuera viendo y no había nadie. Nos metimos a la oración y a la hora que salimos mi hijo se va a orinar, voltea y ve al barco atunero, como a tres millas de distancia. Ahí hemos corrido arriba y abajo, haciendo señales», dijo.
Precisó que todo fue cuestión de tiempo y fe. «Si ellos pasaban un poquito más tarde, no nos veían. Como a las 5 de la tarde nos vieron», sostuvo.
Criticaron la falta de apoyo de las autoridades
Criticaron que las autoridades peruanas nunca los apoyaron en su búsqueda. «Lamentablemente aquí en el Perú no hicieron nada, ni la Capitanía del Callao, ni la Capitanía de Pucusana. No se movilizaron. Yo les doy las gracias a nuestros hermanos ecuatorianos. Al barco BP Aldo, que ellos fueron que rescataron a mis familiares», precisaron.
La tripulación también mencionó que la embarcación presentaba una avería desde el tercer día de navegación, lo que complicó aún más su situación en altamar.