El arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, fue nombrado cardenal por el Papa Francisco en una solemne ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Con este nombramiento, Castillo se convierte en el sexto cardenal en la historia de la iglesia peruana. Se une a figuras como Pedro Barreto y Juan Luis Cipriani.
Una trayectoria eclesiástica destacada
Carlos Castillo, de 74 años, nació en Lima el 28 de febrero de 1950. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio San Agustín y se formó como sacerdote en Roma. Ahí obtuvo su doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana. Su ordenación sacerdotal se llevó a cabo en 1984 bajo la guía del entonces cardenal Juan Landázuri Ricketts.
Desde 2019, Castillo ocupa el cargo de arzobispo de Lima, siendo conocido por su enfoque pastoral orientado a la educación juvenil y la promoción de la fe. También cuenta con formación en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Esto le permitió abordar con profundidad las necesidades sociales de su comunidad.
La ceremonia de investidura
En el Consistorio Ordinario Público, 21 prelados de diversos continentes recibieron el título de cardenal. Durante la ceremonia, Castillo y sus pares se arrodillaron ante el Papa Francisco para recibir la birreta púrpura, símbolo de su nuevo rango. Posteriormente, se celebrarán actividades tradicionales, como la misa conjunta de los cardenales el domingo.
Los cardenales desempeñan un rol esencial en la Iglesia Católica, asistiendo al gobierno central y participando en la elección del nuevo Papa en caso de un cónclave. Aunque algunos residen en el Vaticano, la mayoría, como Castillo, continúan sirviendo en sus diócesis de origen, combinando su misión local con su función en la jerarquía global.