Nacido y criado en Piura, con tan solo 22 años, Joaquín Vargas es un joven prodigio de la natación que se prepara para participar en sus segundos Juegos Olímpicos. Esta vez en París.
El nadador piurano inició en el deporte desde muy pequeño, él relató a Walac Noticias que nadaba desde bebé y comenzó a competir desde los seis años, cuando estudiaba en el colegio San Ignacio de Loyola. En la piscina de esa institución, Joaquín desarrolló sus habilidades y comenzó a cosechar año a año impresionantes registros.
Actualmente es el actual «Récord Man» del Perú en natación, con marcas destacadas en varias modalidades, incluyendo los 100 metros espalda (57.40), 200 metros libre (1:49.71) y 400 metros libre (3:52.18).
Sus primeros Juegos Olímpicos
Hace cuatro años, Joaquín debutó en los Juegos Olímpicos de Tokio, compitiendo en las pruebas de 200 y 400 metros libres.
En aquel entonces, tuvo un notable desempeño al quedar tercero en su serie de 400 metros libres con un tiempo de 3:52.94. Ahora, en París, su clasificación en la prueba de 400 metros es un reflejo de su arduo trabajo y pasión por la natación. Él espera dar todo de si mismo para lograr una ansiada medalla o superar su propio récord como él lo asegura.
«Me siento bastante feliz pero es un poco estresante. Sin embargo, gracias a Dios todo salió bien e hice la marca que necesitaba para clasificar», comentó Joaquín.
Su preparación
Desde hace tres años, el nadador piurano estudia y entrena en la Universidad de Tennessee, Estados Unidos, una etapa crucial en su preparación. Sin embargo, pese a su dedicación y logros, el apoyo del Estado peruano cesó después de los Juegos Panamericanos. Los gastos en su preparación diaria corren por su cuenta.
A pesar de las dificultades mencionadas, Joaquín mantiene su mirada fija en su objetivo: romper su propio récord nacional de 3:52.18 en los 400 metros libres, habiendo clasificado recientemente con un tiempo de 3:53.
El camino hacia París 2024
El nadador piurano viajará a Francia en la quincena de julio y competirá el 27 de ese mes en los 400 metros libres. Su preparación ha sido ardua, pero su gratitud hacia aquellos que lo han apoyado es inmensa.
«Agradezco a todos los que me han apoyado. A mis entrenadores en Piura, al Club Revilla, al Colegio San Ignacio, al Club Grau y en especial a mi familia, hermanos y amigos».
Joaquín Vargas es un ejemplo de dedicación y esfuerzo, demostrando que, a pesar de las dificultades, los sueños pueden alcanzarse. Su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024 es un testimonio de su perseverancia y amor por la natación. Él envió un mensaje a todos aquellos niños y jóvenes que persiguen un sueño como el de él:
«Si lo pueden lograr, se puede. No es nada fácil, pero si uno se lo propone, se puede lograr», afirmó.