Niños en lencería y banderas LGTBI. Un vídeo recientemente viralizado en redes sociales ha generado una intensa controversia. Mostrando un desfile de carnaval en el que niños desfilan portando banderas del movimiento LGTBI y vistiendo lencería. La indignación en línea ha sido palpable, con numerosos usuarios expresando su desaprobación ante la sexualización de los menores.
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El vídeo captura una celebración de carnaval en la calle, presuntamente ubicada en Torrevieja, España. Una localidad reconocida por su activismo en favor de los derechos LGTBI.
En las imágenes, se observa a los niños desfilando y bailando, luciendo vestimenta que evoca la estética sexual asociada al movimiento. Mientras sostienen diversas banderas, incluyendo algunas LGTBI, así como la bandera de España y el toro de Osborne.
¿Qué dijeron los usuarios?
La reacción en las redes sociales ha sido contundente, con muchos usuarios manifestando que esta situación es completamente inapropiada para los niños. Algunos críticos, como el usuario «Capitán Bitcoin», han denunciado el desfile como una exhibición de niños disfrazados como objetos sexuales, lo que, según ellos, solo sirve para alimentar a posibles depredadores sexuales locales.
Las críticas no solo se dirigen hacia la organización del evento, sino también hacia los padres que permitieron la participación de sus hijos en el desfile bajo estas circunstancias. La incredulidad y el disgusto son evidentes en muchos comentarios, donde se cuestiona la decisión de exponer a los niños a una situación de este tipo.
Niños disfrazados de prostitutas desfilan con banderas LGBT en el carnaval de España.
Esto es la Agenda 2030 quieren normalizar la pedofilia y todavía hay gente que apoya a estos enfermos mentales del LGTB. pic.twitter.com/x0M7BtfJO7— hans gutarra (@hans270592) February 13, 2024
Algunos usuarios han llegado incluso a calificar el evento como un «festival de pederastas», resaltando el peligro potencial que representa la sexualización de los niños. En general, las críticas apuntan hacia lo que se percibe como una normalización de la sexualización infantil en nombre del progresismo, una idea que muchos consideran incompatible con los principios de protección y bienestar de los menores.