“Cuando llegué, la gente se tiraba y sacaba a los ahogados. Las ambulancias corrían de aquí para allá. La gente gritaba ‘sáquenlos, auxílienlos‘”, narra Ricardo Castillo, un taxista que presenció las primeras impresiones de quienes clamaban ayuda, tras la caída del puente Bolognesi. Al recordarse los 26 años de aquel fatídico día dio su testimonio a Walac Noticias.
Aquel 16 de marzo de 1998, en temporada del Fenómeno de El Niño, sucedió lo inesperado: el histórico caudal de 4 424 metros cúbicos por segundo del río Piura debilitó y desplomó la infraestructura del puente Bolognesi, llevándose consigo autos, transeúntes y una combi llena de gente.
Lee más: Enosa inaugura moderno alumbrado led en el puente Bolognesi
Testigos de una tragedia
Para ese entonces, Ricardo llevaba pasajeros del distrito de Castilla hacia Piura y viceversa. Él estaba a poca distancia de cruzar el puente cuando un afligido desconocido detiene su automóvil. “Me dijo que el puente se había caído y me pidió que lo ayude a recoger a su hijita, en Castilla”.
Allí fue cuando se enteró de la catástrofe. Más tarde, una vez que trasladó al padre de familia, Ricardo sería testigo de los primeros rescates realizados por valerosos llanteros, uno de ellos sería el Greco. «Había un llantero que salvó como a 5 o 6 personas. Él se bajó y los llevaba hasta el filo del puente para que otras personas lo suban y así los iba rescantando», dijo.
Hubo gente que se salvó por su cuenta, pero también muchas vidas humanas que desfallecieron con la rudeza del caudal. Así lo narra Rosenda Castillo, conocida del señor Arístides Leyva, la persona más anciana que luchó por sobrevivir.
«Cuentan que el señor Leyva fue arrastrado por la corriente y allí se aferró con todas sus fuerzas a un tronco, pero no consiguió salir y lamentablemente se ahogó», dijo Rosenda.
Luego de 26 años del colapso del puente Bolognesi la huella de su recuerdo prevalece en la memoria colectiva de los piuranos, quienes narran las más tristes escenas del desborde del río que arrastró con fuerza varias vidas humanas, entre ellas dos menores de edad y un anciano.