Un día como hoy, hace 25 años, a las 6:30 pm en los jardines de las Universidad de Piura (UDEP) se daba inicio a la ceremonia de graduación de la primera promoción de abogados salidos de una universidad netamente piurana.
Hasta esa fecha, todos los abogados que tenía Piura eran en su gran mayoría piuranos que habían estudiado esta carrera en Lambayeque, La Libertad o Lima.
Fue la Universidad de Piura la que, en 1989, en noviembre de 1989 anunció en los medios de comunicación que en 1990 abrían la primera convocatoria a Examen de Admisión de Derecho. Para muchos leer y enterarnos de esa noticia era una especie de bendición, un regalo de Dios.
Recuerdo con claridad nuestra preocupación por que en los dos primeros años de estudio no llevábamos ningún curso “jurídico”. Durante dos años compartimos aula con alumnos de otras carreras llevando cursos comunes que se denominaban “Estudios Generales”.
Cuando recién iniciábamos a estudiar, en marzo de 1992, Derecho Constitucional, al mes se produce el Golpe de Fujimori, y nuestro profesor de Derecho Constitucional, Walter Brünke nos comunica que seguiríamos analizando la Constitución de 1979, pero que estemos atentos a los debates del Congreso pues la nueva era la que íbamos a utilizar.
En aquellos años de estudio, solo había 3 libros de Derecho Romano, para 33 alumnos. Y aprendimos que solo solidarios podíamos estudiar todos y salir adelante. Aquellos años de estudio intenso, de sueños y madrugadas. De exámenes y amigos.
Aquel último examen final antes de terminar nuestra carrera. Era viernes por la tarde. Y sabíamos que sino pasábamos no podíamos estar al día siguiente. Aquel 21 de diciembre era nuestro último día como alumnos de Derecho de la Primera Promoción de Derecho en la Historia de Piura. Fuerte suena. Es que fuerte era.
25 años que 16 jóvenes soñadores hacían historia. Recuerdo la expectativa de la prensa. Hoy, 22 de diciembre del 2020, hemos vuelto a vernos en nuestros recuerdos, hoy en nuestras mentes hemos recordado que esa fecha es una especie de Aniversario especial, como el matrimonio, como el nacimiento de un hijo. Claro que sí. Ni más ni menos.