Por Juan Carlos Mejía Seminario

Que la UDEP haya cumplido 50 años de servicio a Piura nos obliga a reflexionar, no solo su existencia Física, sino fundamentalmente su éxito absoluto.

Lo increíble es que la UDEP en estos 50 años haya preconizado los Valores que hoy en este tiempo los ven como “anti valores”. La UDEP basa su éxito en el esfuerzo, el estudio concienzudo y exigente.

Lo basa en la transparencia, en la honradez, la puntualidad, la limpieza, el buen trato, el espíritu de servicio, el ver bien a los demás antes que mal. Dichos valores hoy venidos a menos en la sociedad son los que han logrado que un oasis en el desierto se convierta en un Lago inmenso de profesionales que difunden en el campo profesional no solo conocimientos, estos van acompañados de contenido filosófico de servicio ético.

La UDEP en 50 años de vida ha logrado ocupar un espacio nacional de cultura y de saber. Para que esto funcione ha aplicado la escolástica católica de siempre, los valores cristianos milenarios. Eso ha obligado a la propia Universidad a abrir nuevas carreras atendiendo la demanda de la ciudadanía y de los tiempos.

Innegablemente su infraestructura también obedece a un patrón muy piurano. Toda la Universidad rodeada de vegetación auténticamente piurana, algarrobos por todos lados, animales rodeando su espacio natural, que hace una especie de bosque natural que es un emblema a la Defensa de la Ecología, a la defensa de la Casa Común.

El análisis sin remilgos de los clásicos pensadores de la Humanidad es un complemento perfecto para crecer en sabiduría con certeza. Me emociona el análisis de las encíclicas de los Papas que no son documentos religiosos como la gente cree a veces, sino que son documentos profundamente  técnicos y con respuestas a los problemas de la humanidad en cada etapa de la historia. Su agudo estudio nos da un derrotero crítico de los problemas actuales.

Y por último, el cultivar la Amistad. La genial idea de hacernos compartir 2 años de estudios generales a distintas carreras, no solamente nos da un aprendizaje común sino sobre todo fortifica una amistad sin fronteras y tiempo, esa camaradería entre profesorado y alumnado.

Ese enseñarnos que la división de funciones no nos hace enemigos sino todo lo contrario, nos hace compañeros y amigos en la búsqueda de un mismo objetivo: Servir a los demás desde las profesiones en las que nos hemos forjado. La UDEP es sinónimo de fe en Piura, una fe que trasciende las almas y corazones. Tiene que ver con Jesús y María, con Escrivá, con los algarrobos, ardillas y esperanzas de un mejor país. Ni más ni menos