Me preguntaba hoy si es que la velocidad con la que está avanzando el ritmo de la vida nos impone como condición que la normatividad debe también tener un plazo expreso de aplicación. O acaso no será necesario una revisión constante de las normas y una aplicación de acuerdo a la realidad que se vive. Yo creo que las naciones deben revisar ya el principio de que las normas deben de tener un plazo de vigencia y no tener una vida indeterminada en el tiempo.

Un ejemplo claro de lo que señalo es la norma que castiga con pena menor a los delitos cometidos por adolescentes. En el contexto de violencia en nuestro país creo que se impone se modifique este criterio ya desfasado. Hoy, los adolescentes gracias a este sistema legal prácticamente gozan de una semi impunidad inapropiada y lesiva al interés común de toda la sociedad.

En Estados Unidos por ejemplo si el adolescente comete un delito, es sentenciado igual que un adulto. El hecho cometido es en toda su dimensión un delito, se le llama  como debe llamarse delito. En el contexto de “pirañizacion” de nuestra sociedad creo que el Estado, debe tomar medidas urgentes y enfocar este problema de otra manera. Y enfocarlo globalmente, pues eso implicaría una política carcelaria distinta. Se necesitarían Centros de Reclusión especiales para este tipo de internos.

Los puristas del Derecho Penal o los Defensores de los Derechos Humanos se pueden tal vez horrorizar con esta propuesta, pero creo que la realidad nos impone un cambio. La sociedad debe defenderse de los niveles de criminalidad que hoy esta alcanzado su grado sumo. No lo digo yo. Lo dice ahora el pueblo en la calle.

Y volviendo al tema, pongo al tapete esta antigua polémica que creo obliga a enfocar el asunto de otra manera. Los adolescentes deben ser sentenciados si cometen delitos y deben pagarlos con las mismas penas que un adulto. La realidad impone esta salida. Ni más ni menos.