Ante la presencia de un pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) en una vivienda de un asentamiento humano de Veintiséis de Octubre, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) rescató y puso en custodia al ave silvestre.

La especie de fauna silvestre estaba en una de las viviendas del A.H. Armando Villanueva, de Veintiséis de Octubre. La familia que habitaba la vivienda indicó a las autoridades que hace ocho días lo encontraron perdido y desorientado en las inmediaciones de la parroquia San Patricio, A.H. de Los Polvorines.

Tras la ubicación del pingüino, los especialistas de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Piura acudieron a recuperarlo. Asimismo, un médico veterinario del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) lo evaluó y determinó su buen estado sanitario y corporal.

El ave silvestre fue llevada al zoológico Cecilia Margarita, ubicado en el sector Cieneguillo Sur de Piura, donde sus médicos veterinarios establecerán el grado de domesticación adquirido.

Pingüino de Humboldt

El pingüino de Humboldt, en nuestro país, está distribuido desde el sur del litoral hasta la Isla Foca en la provincia de Paita, a lo largo de la corriente  de Humbolt. Su población asegura el equilibrio del ecosistema marino, sin embargo, su captura, la sobrepesca, la contaminación marina y la destrucción de su hábitat atentan contra su supervivencia.

En este sentido, Rafael Velásquez Campos, responsable de ATFFS Piura, informó que el Estado peruano lo protege, mediante el Decreto Supremo 004-2014-MINAGRI, que categoriza su existencia en ‘En peligro’.

De acuerdo a la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, Ley N° 29763, su captura, posesión, transporte o comercialización implica una multa superior a los 40 500 soles, equivalente a 10 Unidades Impositivas Tributarias (UIT), y un proceso penal por ser considerado delito.

El SERFOR advierte que las personas que adquieren un animal silvestre para tenerlo como mascota, atentan contra el bienestar del espécimen, de los bosques y de todo su ecosistema y de la salud de las personas que se encuentran en contacto con ellos. Asimismo, esta acción contribuye al tráfico de fauna silvestre, que es considerado el tercer tipo de negocio ilícito en el mundo, después del tráfico de drogas y armas.