No todo lo referente al Niño Costero ha sido negativo. Después de 19 años, los bosques secos del norte del país reverdecen para cambiar el paisaje de miles de hectáreas desérticas y continuar siendo el sustento de miles de familias. De acuerdo a información del Gobierno Regional de Piura, la tasa de deforestación en el año 2015 fue de 17,589 hectáreas.
En el Perú los bosques secos ocupan el 3.2% del total de los 73 millones de hectáreas de bosques. En Piura 1’793,860 hectáreas corresponden a bosques secos, que con las lluvias recuperan un importante porcentaje de vegetación y favorecen la regeneración natural de especies forestales como el algarrobo, el palo santo, el hualtaco y el sapote.
Las especies de flora y fauna silvestre del bosque seco se adaptan a condiciones adversas, que por un lado los hace resistentes a las épocas de sequía y por el otro aprovechan la abundancia de la humedad para crecer y desarrollarse.
En Piura son aproximadamente 35 mil familias las que viven en este frágil ecosistema, que no solo ofrece leña, sino importantes productos como la algarroba, miel y la transformación de productos como la harina de algarroba, algarrobina, café, caramelos, así como carne, cueros, quesos, productos agrícolas, abono, entre otros.