Por Juan Carlos Mejía Seminario

Casi todos los seres humanos cuando somos niños y pensamos en el futuro, pues pensamos que es algo lejano. E incluso pensamos que el “futuro traerá” cosas nuevas. O que arreglará problemas por sí solo. Hemos ido más allá al pensar que además puede corregir defectos de conducta. Por ejemplo, se oye decir: “Ahora soy borracho, pero en un futuro ya no lo seré”.

Hoy intentamos demostrar que el futuro no existe. Que en lo que en realidad existe es una cadena interminable de presentes. Todos los días vivimos un presente continuo. Cada segundo que vivimos en tiempo presente. No hay futuro que venga solo. Si tú no tomas en cada segundo la decisión adecuada pues lo que llamas como “futuro” pues nunca aparecerá. Cuando Perales en los años 80 le hizo un disco a Raphael que se llamaba “Eternamente Tuyo” había una canción hermosa que se llamaba “Cuando te sueño” había un verso que decía:

“Ayer

Qué lejos va quedando

Y qué cerca a la vez

Que vuelve cada día

Y me lleva con él

Y tras cualquier esquina

Me espera

Ayer

Que fue pasando el tiempo

Y nunca se fue

Que nace cada día

En el corazón

Y llena de recuerdos

Las horas”

Y eso es lo que realmente pasa. Perales dibujó con maestría el drama humano que muy pocos se percatan. La Vida de cada persona solo dura 24 horas. Es una cadena interminable de presentes. Cada día debes vivirlo al máximo. Para que ese “futuro” inexistente llegue pues tienes que trabajar y luchar cada presente. Vivir tus 24 horas cada día. Cada 24 horas vas a descubrir que haces lo mismo. Te levantas de dormir y haces exactamente lo mismo cada día. Te lavas o bañas, te cambias, desayunas y te vas al trabajo o al colegio. Siempre haces lo mismo. La vida es una cadena interminable de presentes, una rutina continua. Si tú no has logrado percatarte de esto, pues seguirás esperando ese futuro que nunca llegará. Aprende a saber que la Vida solo dura 24 horas. Solo eso. Incluso lo decimos sin darnos cuenta. Un ejemplo: Nos encontramos con un amigo al que no vemos hace 20 años y le decimos: “Parece ayer cuando estuvimos juntos en tal lugar”.

Atrévete a vivir bien tu vida de 24 horas. Y entonces habrás descubierto el secreto para ser feliz. Ni más ni menos.