Un reciente estudio publicado en Annals of Internal Medicine, concluye que la grasa concentrada en el abdomen a causa de la cerveza, conlleva el doble de riesgo de riesgo de mortalidad que el sobrepeso de toda la vida (en el caso de las mujeres, el riesgo es 'solo' un 50% mayor).

La respuesta la tiene el tipo de tejido adiposo: “No toda la grasa es igual de perjudicial. La grasa abdominal o visceral (la que rodea los órganos) es metabólicamente más activa. En definitiva, es un marcador clínico del síndrome metabólico, que se caracteriza por la presencia de múltiples factores de riesgo cardiovascular y un gran aumento de la mortalidad”, explica el doctor Antonio Mas, especialista en Endocrinología y Nutrición.

¿Todo esto es culpa de la cerveza? ¿Y por qué?

El verdadero problema no reside en las famosas 'calorías vacías' del alcohol, sino en que cuando bebes pones a trabajar a tu hígado, que le da prioridad absoluta al procesamiento del alcohol (si no lo hiciera morirías por intoxicación), dejando pasar las grasas de cualquier otra cosa que consumas. 

El hecho de que estas se concentren en ciertas zonas depende de la edad y el sexo: de los 35 en adelante nuestro metabolismo se ralentiza y tiende a acumular las grasas que no es capaz de quemar en zonas específicas (el abdomen en los hombres y los muslos y el trasero en las mujeres).

¿Cómo revertir el problema?

Come fruta

En la dieta mediterránea bien entendida, las verduras y frutas tienen un papel protagonista. Y según un estudio del British Journal of Nutrition, es especialmente efectiva cuando se trata de reducir la grasa abdominal.

Camina

Lo recomendable son 150 minutos semanales de ejercicio (30 minutos, 5 días a la semana). A primera vista, puede parecer casi imposible de incluir tal rutina en nuestro día a día. La buena noticia es que una investigación del National Institute of Health and Nutrition confirmó que basta con caminar a buena velocidad. Una buena manera de hacerlo es ir y volver del trabajo a pie.

Desconecta

Da igual si es por trabajo o por ocio, meter el móvil o la tablet en el dormitorio es siempre una mala idea. Influye en que tengamos un mal descanso y este, a su vez, está relacionado directamente con el incremento de tejido adiposo subcutáneo.

Ve al médico

Un chequeo nunca sobra. Si el problema te toca de cerca, no dudes en consultar con tu doctor para comprobar que no sufres de ninguno de los riesgos asociados (hipertensión, dislipidemia…) o, en el peor de los casos, para saber cómo tratarlos eficazmente.

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