Normalmente cuando varones y mujeres se convierten en adultos les da nostalgia por recordar su adolescencia. Muchos incluso se quejan y dicen que el matrimonio, la  convivencia diaria rompió la magia de los 15 años. A veces muchos van más allá diciendo que en realidad no era como esperaban.

En la adolescencia, cuando nace el agudo aguijón del amor en los corazones humanos lo hace con toda la imaginación, dulzura y hermosura de la niñez. El adolescente sale en pocos meses de ser niño y en consecuencia tiene toda la carga feliz de su mágica niñez. Al crecer inusitadamente su cuerpo es su alma la que mantiene intacta la creatividad y los sueños infantiles. Digamos que es un niño con cuerpo de hombre. O una niña con cuerpo de mujer. Esa realidad innegable pues hace que el tránsito a la adultez vaya con toda la emoción mágica del primer amor. Es un Amor de película. Los adolescentes conservan en su mente que es su vida es una película y quieren su propia historia de amor. Esa fuerza, esa magia, los vuelve poetas, dibujantes, pintores, músicos, místicos.

Cuando crecen y se casan la convivencia de pronto, de un arrancón les despedaza su mundo de luz, de pronto comprender que casi dedican 12 horas diarias a trabajar y son 6 a 7 horas para dormir. Y solo quedan 5 horas que se usan para bañarse, comer, caminar al trabajo y apenas unos minutos conversar. De pronto solo encuentran que los sábados hay tiempos para ellos. De pronto entienden que han desaparecido esas noches de luna y miradas furtivas. Miradas con las manos y besos con la piel. Una vez instalada la verdad en sus vidas descubren que lo otro fue una fantasía. Solo apenas un barco transitorio para que se embarquen en un sueño fantástico.

Todo lo antes descrito les choca a ambos. De ahí nace la queja de las mujeres. Muchas veces los asesinatos morales de los esposos en reuniones privadas que solo sirven para sentirse más deprimidas, más agraviadas, más timadas. Y también salen las reuniones de los varones para quejarse de las “brujas e insensibles” mujeres. Cabe preguntarse entonces ¿Es una estafa el Amor? Pues tal como se tiene concebido en la adolescencia pues SI lo es. Por eso muchas veces las infidelidades humanas de ambos sexos vienen de ese defecto conceptual de origen. Ambos, varones y mujeres siguen buscando en otras personas el príncipe azul o la princesa rosa que supuestamente no encontraron con sus parejas elegidas. Ese deseo inconsciente de seguir prolongando su adolescencia les lleva a estos inesperados parajes.

La pregunta de éste artículo la respondemos. ¿Es una estafa el amor? Pues NO. No es una estafa el amor. Simplemente ya adultos debemos enseñarles desde la niñez a nuestros hijos la verdad. El amor no es mágico. El amor no es ver las estrellas. El Amor no es besos. No es solo sentir mariposas en el estómago. El amor ES SACRIFICIO. El amor es ENTREGA. El AMOR es tener el valor civil de asumir la decisión de quedarte con una sola persona toda tu vida. Y caerse y levantarse juntos. El amor  es pagar la luz, pagar el agua, el cable, comprar los alimentos. El amor no es fantasía. El AMOR es VERDAD. Lo primero que debemos es enseñarles a los niños que el amor tiene componentes de mayor fuerza que la magia de una mirada. Más difícil es sostener la mirada en el tiempo al lado de esa persona. Más mágico es saber que no todos los días habrá besos ni miradas a la Luna, sin embargo esa persona está ahí siempre. El AMOR no es una estafa. Depende del  Concepto que tengas de Amor. El ser humano debe empezar a evolucionar hasta eliminar el sufrimiento absurdo, el dolor  innecesario. Hasta para el AMOR hay que tener visión de Estado. Ni más ni menos.