En los 90 con el Golpe de Fujimori se instaló con la nueva Constitución y las nuevas leyes de la dictadura un nuevo modelo de destrucción de los partidos políticos. Nació bajo la inspiración fujimorista la ola de los independientes. Decían ellos que de esa manera se destruían las cúpulas y nacían los gobierno de los independientes. Mintieron. Con Fujimori , el presupuesto de gasto para el congreso se multiplicó 36 veces. Con el nuevo modelo vino la moda de los grandes sueldos para los funcionarios. Se demolió el sistema de partidos, para dar paso a los grupos de amigos que se reunían para apoderarse del presupuesto nacional.

Pues bien la moda terminó. Hace unos 2 años que ya se empieza a sentir el agotamiento de este modelo de falsa democracia. La ciudadanía ve con asombro como llegan los nuevos y no saben nada de administración pública. Demoran 2 años en aprender. Sus gobiernos terminan inundados de corrupción, incapacidad y altos sueldos. La ola ha terminado.

Ha llegado la hora de modernizar los viejos partidos. Ha llegado la hora que salgan nuevos partidos. Ya no movimientos regionales, ni locales que terminan en fracasos. Es hora de que los partidos compitan en las justas municipales y regionales modernos y con propuestas y cuadros preparados. Es hora de dejar la pesadilla. El reto esta lanzado. Veamos si son capaces. Ni más ni menos.