Alan García, qué duda cabe al haber nacido en 1949, desarrolló su niñez en los años ´50 del siglo pasado, entró a la adolescencia y a la juventud en los años 60. En consecuencia los códigos educacionales que recibió en su hogar fueron esos.

No solo en su hogar recibió la formación de sus padres, sino que en la adolescencia y juventud empezó a recibir las mismas normas morales y formativas pero de Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, Armando Villanueva, Ramiro Prialé, Fernando León de Vivero, Carlos Cox, y muchos líderes más. Dentro de ese contexto Alan aprendió directamente de ellos que las ofensas no se responden. Las ofensas e insultos se perdonan por el Perú. Aprendió que había que ser hombres llenos de fortaleza y templanza para soportar estoicamente tantos insultos y luego por el Perú reunirse con tus máximos enemigos y llegar a acuerdos por la nación.

Durante la campaña de 1985 ya asomaban los primeros ataques perversos. Luego de que propuso la nacionalización y estatización de la Banca en 1987 la figura de Alan García fue insultada como nunca antes se había insultado a ningún político, salvo Haya de la Torre. No solo Olivera lo insultó de la manera más procaz y con falsedades que nunca fueron probadas, sino que también un excomunista y luego derechista Mario Vargas Llosa durante el combate que desató contra Alan García.

Si joven lector. Mario Vargas era antes comunista y un buen día se volvió defensor de los banqueros y confrontó durante 3 años a Alan García. Viajaba por todo el Perú insultándolo: “Cacaseno, bribón, ladrón, etc”. Nunca explicó quien lo financió durante 3 años para que dejara de escribir y presentar libros y dictara conferencias por el mundo y se afincara en el Perú con la única finalidad de insultar a Alan y al APRA en defensa de 4 grupos poderosos económicos.

Le vendió la idea al Perú que el Gobierno ponía en grave riesgo la libertad. Paradójicamente, un ex comunista defendía la Libertad de los poderosos del Perú. Y durante tres años los peruanos asistimos al silencio de Alan García ante tanta bajeza e insultos. Nunca contestó ni una maldad. Nada de nada. Si respondió con conceptos, pero Alan García nunca contestó bajezas. Ni siquiera ordenó que se denuncie por difamación a tantos que habían incurrido en ése delito.

Alan García desde 1982 que se convirtió en Secretario General del APRA a los 32 años siempre hizo propuestas de gobierno. Para él, era importante que la gente se centre en propuestas y no en insultos. Él considera que al no haber cometido los delitos que le imputaban eran simplemente insultos y ataques sucios. En múltiples ocasiones en distintos mítines ha señalado que no responde agravios y que le tiende la mano a sus adversarios. La generosidad de ese acto nace de su formación antigua. García sin duda es el último caballero Jedi de la política peruana. Siempre respetando las formas. Siempre luchando con respeto al adversario. Su fuerza sicológica para soportar tantos ataques injustos lo da un valor agregado a lo que ya tiene.

Todo lo que el Perú contempla hoy de que justamente quienes lo insultaron por décadas estén hoy señalados como corruptos. A saber: Olivera, Toledo, Fujimori, Villarán, Ppk, Nadine Heredia, Humala y posiblemente para sorpresa de muchos hasta Vargas Llosa algún día aparezca ligado a ésta podredumbre.

Y ni que hablar de los periódicos y medios de comunicación que por décadas lo han difamado. Hoy aparecen también ligados a la suciedad. Yo estoy seguro que la Historia reparará el daño que pretendieron hacerle a su figura. El último caballero Jedi, Alan García, lo merece. Ni más ni menos.