Algunos problemas relacionados con nuestro colchón son difíciles de percibir. Si te levantas todas las mañanas con dolor en el cuello o la espalda, sí, probablemente debes buscar una solución.

Según Michael Gransdner, doctor y director del Programa de Investigación de Sueño y Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona, los colchones más firmes tienden a ser mejores para el dolor crónico porque proporcionan un soporte adecuado.

¿Su consejo número uno a la hora de elegir un colchón? “Recomiendo algo con una buena política de devolución”, dice.

Con eso en mente, aquí te dejamos algunas señales de advertencia evidentes que te deberían hacer pensar en un nuevo colchón, si tienes alguno de estos problemas, probablemente sea hora de reemplazarlo.

Te despiertas con la nariz taponada

Los ácaros del polvo son insectos microscópicos que se alimentan de polvo doméstico degradado por el moho. Si hay polvo, hay ácaros del polvo.

Muchas personas son alérgicas a estos pequeños insectos. De hecho, son unas de las causas más comunes de alergias durante todo el año. Los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo incluyen secreción nasal, estornudos, ojos llorosos y picazón en la boca o la garganta.

Tienes poblemas en la piel

El sueño de mala calidad se asocia con un aumento en las hormonas relacionadas con el estrés como el cortisol, según muestra un estudio en la revista Sleep Medicine Clinics. Más investigaciones muestran que este incremento en el cortisol y la inflamación sistémica que causa pueden promover arrugas, pérdida de firmeza y elasticidad de la piel, piel opaca y picazón en la piel como la producida por eccema.

Te cuesta una hora o más quedarte dormido

Una medida de la calidad del sueño es algo que los investigadores del sueño llaman “latencia de inicio del sueño”, o la cantidad de tiempo que pasa desde que una persona se acuesta antes de finalmente dormirse.

Mientras que puedes (con razón) culpar a tu incapacidad para conciliar el sueño en cosas como el hábito de ir a dormir, las preocupaciones o los quehaceres… un colchón demasiado firme también puede ser el culpable, muestra un estudio de 2015 en Sleep Science.

Te sientes atontada incluso después de una noche larga de sueño

Del mismo modo que una alergia a los ácaros del polvo podría provocar que te despiertes con síntomas como congestión nasal o picazón en la garganta, la presencia de moho o bacterias en tu colchón podría desencadenar apnea del sueño, asma nocturna u otros problemas de “respiración desordenada durante el sueño”, afirma un estudio de 2013 en el Journal of Allergy and Clinical Immunology.