Foto: Andina

El Ministerio de Educación del Perú tiene un gran desafío para el Bicentenario: reducir la brecha de infraestructura educativa con el diseño de escuelas según las zonas bioclimáticas definidas como: costa, costa lluviosa, sierra, heladas y selva.

En el concurso, convocado a través del Programa Nacional de Infraestructura Educativa, resultó ganador FD Arquitectos SAC, que elaboró los siguientes modelos de Escuelas Bicentenario:

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Costa

La escuela, según la propuesta ganadora, se construirá bajo tres pilares conceptuales: la naturaleza, la comunidad y la identidad, las cuales hacen pertinente su emplazamiento, su configuración y su relación con el espacio público. Además, cómo se construye y sobre todo cómo se aprende dentro de la misma.

En contraposición con la lógica común de separar, el colegio une. Conecta espacios pedagógicos a través de intersticios flexibles que permiten al alumno experimentar el exterior sin salir del contexto de aprendizaje.

Costa lluviosa

Este modelo de escuela estará ubicada en regiones como Piura y Tumbes, que experimentan temporadas de lluvias de regular a fuerte intensidad en el verano.

Su estructura presenta un doble sistema de módulos metálicos y de concreto, con un relleno intermedio aislante del calor que cubrirá todo el colegio dando sombra con sus aleros y dejará pasar la ventilación a través de sus fibras. Se trata de una capa permeable al viento y que permite una ventilación cruzada.

Foto: Andina

Sierra

La estructura y modulación, de acuerdo a la propuesta ganadora, optimiza las áreas útiles de módulos (duro: pórticos de concreto, losa aligerada y muro de bloques de concreto) y de circulación (blando: metal, losa). Esta lógica estructural promueve una fabricación prefabricada a bajo costo con materiales disponibles en el mercado local y reduciendo el mantenimiento al mínimo.

La escuela se piensa como un sistema abierto flexible, que libera el fondo del terreno y se agrupa de la manera más efectiva para el control climático.

Foto: Andina

Heladas

El proyecto ganador plantea un espacio principal a manera de invernadero que aproveche la incidencia solar durante estos meses, por lo que es necesario orientar el techo hacia el norte para que la ganancia de calor sea máxima y este aire calentado, pueda a su vez calentar los espacios adosados (aulas, talleres y baños).

Este modelo cuenta con una serie de dispositivos que permiten regular la temperatura en el interior, mediante la abertura o cerramiento de las ventanas colocadas en la parte alta.

Foto: Andina

Selva

La estructura, según el proyecto ganador, constituye un marco de acero con refuerzos en sus lados perimetrales y pisos en losa y hormigón armado. La cubierta seguirá los cuerpos estructurales inferiores, unidos adecuadamente, y estará hecha de vigas de madera para minimizar el peso y hacer que la estructura sea altamente sismorresistente.

Esta lógica estructural está diseñada para ser prefabricada y facilitar la adquisición del material y la mano de obra en el ensamblaje de componentes también en el área local.

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